Teoría del cambio¶
Según Ordoñez-Matamoros (2013), la definición del problema a intervenir a través del proyecto se fundamenta en llevar las situaciones problemáticas consideradas relevantes dentro del marco de la participación ciudadana, a problemas aceptables y tratables mediante las acciones planteadas por el proyecto.
Este proceso es interpretativo y deductivo, teniendo en cuenta que, a través de concepciones generales de las situaciones problemáticas asociadas a la participación, y demás información procesada, se construyen definiciones de problemas y sus respectivos cursos de acción para su resolución. Es decir, estos problemas están sujetos a valoraciones humanas fundamentadas en información extraída de la realidad para su interpretación.
La importancia de una definición adecuada del problema radica en que la intervención, y todo el proceso de diseño, implementación y evaluación, están sujetos a esta. Es decir, el curso de acción estará orientado a resolver ese problema priorizado a través de intervenciones detalladas en cada una de las esferas de Genoma; entonces, si el problema o las condiciones que los componen son mal definidas, el curso de acción podrá generar nuevos problemas o resolver otros que no habían sido considerados. De igual manera, afectará también la definición de los actores relevantes y los flujos de información.
Una condición instalada en la sociedad y considerada como problemática requiere de un proceso de análisis para su concreción como problema a intervenir; este proceso resulta de la incursión de esta condición en la esfera pública y su movilización de recursos (movilización colectiva de los diferentes actores involucrados). Sin embargo, su incursión en la arena pública y su incorporación como objeto de debate público no implica que inicie un ciclo que termine o solucione el problema. A esto se le suma que, con frecuencia, los problemas de un área afectan a los problemas de otras áreas; por lo cual se generan procesos interdependientes con cursos de acción complejos, de ahí la importancia de entender las soluciones desde diferentes metodologías y áreas de intervención.
Desde su forma más general, los problemas se pueden entender como estructurados, moderadamente estructurados y no estructurados. Estas categorías derivan del carácter político del problema, los grados de consenso sobre su percepción y las formas para solucionarlo. En este sentido, dentro de un marco interpretativo, se llega a la definición (qué) y la forma de enfrentarlo (cómo).
La estructuración del problema cuenta con varias etapas: etapas críticas identificables que van desde la experimentación de la sensación problemática (input psicológico), pasa por su ascenso a situación problemática (input político), sigue por la objetivación del problema (input académico) y culmina con la formalización del problema orientado a inspirar el diseño de soluciones (input técnico). Los dos primeros hacen parte de la sociedad civil y los tomadores de decisiones, tras su objetivación, las dos últimas etapas son las que fundamentan el diseño del proyecto.
No obstante, los problemas públicos y las soluciones formuladas están sujetos a procesos constantes de cambio y evolución, puesto que las soluciones pueden tornarse obsoletas en relación con las transformaciones cualitativas de los problemas. Es en este sentido que una teoría del cambio que explique cómo las intervenciones producen los cambios deseados y no deseados dentro del problema contribuye a alcanzar los impactos finales previstos y a dar respuesta oportuna a los no previstos.
Este proceso puede diseñarse para cualquier nivel de intervención siempre y cuando se sujete a variables medibles y ajustables. Para esto, los objetivos y las actividades de una intervención deben ser identificados y planificados pormenorizadamente antes de su ejecución (evaluación ex ante); las intervenciones deben responder a problemas nuevos y a las decisiones de los actores asociados e interesados (evaluación concomitante); y, finalmente, a los resultados deseados y no deseados una vez culmina la intervención (evaluación ex post). Este proceso de seguimiento se condensa en los esquemas de indicadores. Para el caso particular de Genoma, a continuación, se detallan las condiciones a intervenir que se asocian a los problemas de la participación ciudadana. El proceso se entenderá a través de un flujo de actores, acciones principales, factores determinantes e impactos, en donde la cadena de cambios dependerá de los insumos, las actividades, los productos, los resultados y los impactos.